El
Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid abrió al público el pasado 4 de febrero la exposición
Cézanne site/non-site, que se mantendrá hasta el 18 de mayo. Se exhibe más de cincuenta obras de Paul Cézanne (1839-1906), no apreciado en su momento, pero uno de los pintores contemporáneos más influyentes.
La
exposición arranca con Retrato de un campesino (1906), una de las obras
maestras de Cézanne, un retrato que no lo es porque el rostro del personaje
aparece desfigurado.
Los
lienzos de temática paisajística son muchos. Están pintados al aire libre, modo
de hacer que distinguió a los impresionistas. Destacan El camino del bosque
(1871), El estanque del Jas de Bouffan (1879), Nieve fundiéndose en Fointenebleau
(1880), Los castaños del Jas de Bouffan (1885), Los árboles desnudos de Jas de
Bouffan (1886) y La montaña de Sainte-Victorie (1904).
El camino del bosque, (1871).
En
otros lienzos Cézanne hace un estudio del hombre inmerso en la naturaleza. En varios
muestra escenas de baño, por ejemplo, Bañistas
(1880), También es llamativo Joven descansando (1887).
Bañistas, (1880).
Joven descansando, (1887).
El
tercer eje expositivo son las naturalezas muertas. Muchas se reconocen que son
de Cézanne por el tratamiento dado al mantel, es blanco y aparece ahuecado,
semejando las formas de la montaña de Sainte-Victorie. Hay que citar El
aparador (1879), Naturaleza muerta con cereza y melocotones (1887), Naturaleza
muerta con flores y fruta (1890), Naturaleza con cántaro de agua y Cántaro y
plato de peras, ambos de 1893, Cántaro y frutas sobre una mesa (1894) y la
acuarela Botella, garrafa, jarro y limones (1906).
El aparador, (1879).
Naturaleza muerta con flores y frutas, (1890).
Braque. El castillo de La Roche-Guyon, (1909).
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