La película va de menos a más, pero no termina de funcionar por varias razones: el argumento, que es bueno, se queda escaso en su desarrollo, falta suspense unido a estrés psicológico y los personajes se muestran planos, sin aristas ni carácter aguerrido. Los actores tenían que haber sido otros, a Chris Pine le falta fuerza para ser un buen actor de thrillers. Además, tanta trama sentimental entre los protagonistas aburre.
Jack Ryan: Operación Sombra se deja ver, pero no estará entre los mejores thrillers del año.
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